¿Qué hay detrás de una obra de arte? ¿Qué se esconde? De cierta manera, la labor de investigación en artes implica un desandar los pasos, lo que sugiere que no vamos hacia adelante, es decir, tras la refutación de una hipótesis como sucede, quizás, con la ciencia; Incluso, válgame dudar al respecto; lo que hoy acepta la comunidad científica, antes no lo hacía y tal vez no lo hará mañana.
Justo con el proyecto que ahora desarrollo traté de realizar una creación de manera paralela a la investigación sobre el espacio y el rol del espectador en teatro, pero encontré continuas cortapisas que no dejaban libertad para la imaginación. Llegué a la conclusión que ambas, investigación y creación, andan por vías diferentes y hasta podría decirlo, son abiertamente opuestas.
La necesidad del arte por un espacio similar al de la ciencia puede hacer perder la ruta (que no va hacia un avance). Los artistas más que ir por una verdad, crean muchas. Lo importante es que el espectador sea seducido por alguna de ellas. La indagación sobre algún tema para la creación es un estímulo que puede provocar la configuración de metáforas o alegorías de la realidad. En sentido estricto no sería una investigación de corte científico. No tiene porqué serlo. Poe, tras la voz de Dupin en su cuento “La carta robada” dice, ante el fracaso racional- matemático, del prefecto de policía, que el sentimiento y la intuición, son también herramientas de pensadores y creadores y que no hay que descuidarlos en la investigación… policíaca. En 1984 el neurocientífico Antonio Damasio escribió el libro “El error de Descartes”. El filósofo francés había dejado el existir sólo en la razón sin tener en cuenta el sentimiento. Sin esta cualidad humana, afirma Damasio, no hay proyecto de vida.